Protestas obreras durante la revolución industrial

Uno de los principales movimientos obreros durante la revolución industrial fue el Ludismo. Esto representaba las protestas de los obreros contra las industrias, por los despidos y los bajos salarios ocasionados por la introducción de máquinas. Las revueltas eran desorganizadas y los obreros destruián las máquinas atentándo contra ellas.

Luego estuvo el movimiento sindicalista, que tenía en sus objetivos directos la representación laboral. Esta actividad humana puesta al servicio de otros, pasó a concebirse, jurídicamente, como un servicio del que se disponía en absoluta libertad. Este error tuvo que ser desmentido por la presión que presentó un movimiento obrero organizado y harto de las condiciones inhumanas a las que eran sometidos.

Por un lado la Revolución Francesa, ante la Ley  tanto empleador como trabajador se encontraban en igual situación jurídica en la relación de trabajo, ambos habrían llegado a prestar su consentimiento en absoluta libertad.
Por otro lado la Revolución Industrial provocó un escenario laboral catastrófico. El remplazo de la mano de obra por la maquinaria causó un alto desempleo; y una gran demanda de trabajo por parte de los desempleados propiciaba que los empresarios los trataran excesivamente duro: jornadas de 16 horas, trabajo infantil, de mujeres embarazadas, ancianos, y en condiciones insalubres.

Y por último estuvo el cartismo, que fue un movimiento que expresaba la agitación de la clase obrera, debido a los cambios en sus empleos durante la Revolución. Éste tuvo una índole política. Enviaron al Parlamento La Carta del Pueblo que señalaba 6 peticiones del movimiento, en las que se señalaban:

       -Sufragio universal a los hombres mayores de 21 años, que estén en su sano juicio y sin  

       antecedentes penales.

-Voto secreto

-Sueldo anual para los diputados que posibilitase a los trabajadores el ejercicio de la politica.

-Reunión anual del parlamento, que aunque pudiera generar inestabilidad, evitaría el soborno.

-La participación de los obreros en el Parlamento mediante la abolición del requisito de propiedad para asistir al mismo.

-Establecimiento de circunscripciones iguales, que aseguren la misma representación al mismo número de votantes.